Roy Cohn: El oscuro genio que moldeó a Donald Trump
Roy Cohn, nacido el 20 de febrero de 1927 en Nueva York, fue un abogado y asesor político cuya figura sigue generando controversia y fascinación. A lo largo de su vida, Cohn se destacó por su estilo agresivo y su enfoque despiadado en el ámbito legal, ganándose tanto admiradores como detractores. Su legado se entrelaza con la historia reciente de Estados Unidos, especialmente a través de su relación con Donald Trump, a quien influyó de manera significativa en su desarrollo personal y profesional.
Cohn alcanzó notoriedad en la década de 1950 como asesor del senador Joseph McCarthy durante las audiencias sobre el comunismo. En este contexto, se hizo famoso por sus tácticas intimidatorias y su capacidad para manipular la narrativa pública. Cohn no solo defendía a McCarthy, sino que también se convirtió en una figura emblemática del anticomunismo, utilizando un enfoque que muchos consideraban poco ético. Su estilo de vida ostentoso y su conexión con la élite de Nueva York lo hicieron atractivo para aspirantes a magnates como Donald Trump, quien buscaba posicionarse en ese mismo círculo.
En la década de 1970, Cohn se convirtió en abogado de Trump, y su influencia fue fundamental en la formación de la personalidad y la estrategia empresarial del magnate. Cohn le enseñó a Trump que “la verdad no importa”, una filosofía que ha permeado la carrera política y empresarial de Trump. Esta idea de que la percepción es más importante que la realidad se ha convertido en un pilar de su enfoque comunicativo, tanto en la política como en los negocios.
La relación entre Cohn y Trump fue simbiótica. Ambos compartían un desprecio por las reglas y una ambición desmedida. Cohn, a pesar de su reputación como un abogado despiadado, logró cultivar una imagen de poder y éxito, algo que resonó profundamente en Trump. Su estilo de vida ostentoso, que incluía fiestas extravagantes y una red de contactos en la alta sociedad, atrajo a Trump, quien también aspiraba a ser parte de esa élite.
Sin embargo, la carrera de Cohn no estuvo exenta de controversias. A lo largo de su vida, fue objeto de múltiples acusaciones de conducta poco ética y estuvo vinculado a figuras criminales. Su desdén por el sistema judicial y las normas legales se reflejó en la forma en que interactuó con la ley, un rasgo que también se puede observar en la conducta de Trump. Esta relación tensa con el sistema legal ha llevado a cuestionamientos sobre la integridad en la profesión y ha generado reacciones negativas dentro de la comunidad legal.
Cohn falleció de cáncer en 1986, pero su legado persiste. Su influencia en Trump y en la política estadounidense es innegable. Muchos analistas han señalado que las tácticas de Cohn han moldeado la forma en que Trump aborda la comunicación y la estrategia política. La narrativa de “nosotros contra ellos”, que Cohn ayudó a popularizar, ha sido adoptada por Trump en su retórica, dividiendo a la sociedad en “amigos” y “enemigos”. Esta polarización ha tenido un impacto profundo en la política contemporánea, alimentando la cultura de la impunidad en la que las acciones poco éticas son normalizadas o justificadas.
Cohn también ha sido objeto de análisis en la cultura popular, apareciendo en obras de teatro y series de televisión que han contribuido a su imagen como un símbolo del cinismo en la política. Su figura ha sido retratada como un maestro de la manipulación y la desinformación, un legado que resuena en la era actual de la política estadounidense.
La complejidad de la vida personal de Cohn añade otra capa a su legado. A pesar de ser un hombre abiertamente homosexual, Cohn nunca se identificó como tal públicamente, lo que refleja las tensiones de su época y las complejidades de su propia identidad. Este aspecto de su vida ha generado debates sobre la hipocresía y el autoengaño en la política, temas que siguen siendo relevantes hoy en día.
En conclusión, Roy Cohn fue un oscuro genio que dejó una huella indeleble en la política estadounidense. Su filosofía de poder, su desprecio por las reglas y su habilidad para manipular la percepción han influido en figuras como Donald Trump y en la forma en que se lleva a cabo la política contemporánea. Mientras la sociedad continúa lidiando con las consecuencias de su legado, la figura de Cohn sigue siendo un recordatorio de los peligros del cinismo y la falta de ética en el ámbito político.
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